A escasos dos minutos andando de la plaza de Ramon Llull, repleta de vida y de servicio, en una esquina de una calle lateral, muy tranquila y de poco tráfico, en el centro histórico de la ciudad, se encuentra esta estupenda casa esquinera de unos 593 m2 construidos, distribuidos en sótano, primera planta, y dos plantas superiores.
La casa perteneció a la iglesia, la fachada principal está catalogada y preserva las características de las casa nobles de la época, como las puertas y ventanas de madera instaladas, techos abovedados, escalera de mármol, preciosos suelos de baldosas hidráulicas, de vigas vistas, todo ello en perfecto estado, dispone además de dos garajes con fácil acceso desde la calle.
La vivienda necesita una actualización, pero su estado actual es bueno y dispone de calefacción con gasoil.
Entrando en planta baja por el precioso portón de madera noble, se llega al amplio salón, con la preciosa escalera, dos habitaciones dobles a cada lado, ideal para oficinas o habitaciones de invitados.
El amplio salón-comedor y la cocina disponen de salida al estupendo patio, con pozo de agua y escalera que sube al piso superior, directamente desde el garaje.
El patio interior goza de mucha privacidad, ya que no hay ventanas de vecinos o construcciones alrededor que puedan mirar dentro de él mismo.
En la planta superior, con varios accesos en interior, antiguamente utilizados por los nobles y otro por el servicio, se encuentran varias habitaciones en perfectos estado, amplias, todas exteriores y cada una con características diferentes, además de una amplia terraza, con vista hacia el patio interior.
Hay una planta superior con preciosas vistas sobre la ciudad y su iglesia.
En el sótano se encuentran unos locales excavados en la piedra, perfectamente abovedados, donde antiguamente se hacía y guardaba el vino.
Es una casa encantadora, que seguramente vivió su época de esplendor y que busca un comprador que la vuelva a querer, restituyendo el protagonismo que se merece.